domingo, 15 de enero de 2012

EL ENCUENTRO III

 
Owen, un irlandés con aspecto erróneo de imperioso y altivo, hechizó a Mirta con su simpático y cómico castellano.
     Permanecieron tres años de intenso y apasionado  noviazgo hasta que decidieron vincular y enlazar  sus vidas con su “Si quiero”.
       Para Mirta supuso una hazaña admirable y deslumbrante el que su segundo marido dejase y renunciase todo lo que poseía y sostenía en su país de origen para estar con ella, y no cesaba de pensar hasta qué punto  podía llegar a  amarla, dado que Owen cedió  la guardia y custodia  de su único hijo a la que ya era su ex mujer.
Mirta comprendió que su esposo estaba destinado a estar con ella, siendo el hombre más importante de su vida.
 El nuevo matrimonio sentía una dicha absoluta, se mimaban y adoraban, no concebían el estar el uno sin el otro, vivieron etapas de auténtico júbilo, estrenando un negocio que ella administraba.
      Mientras tanto, Edgar continuaba con sus numerosos idilios resignados por no encontrar la mujer completa para Él, tanto así, que llegó a convertirse y  acostumbrarse a ser un hombre muy independiente, libre y aislado.
Se sentía dichoso y afortunado observando el proceder y hazañas de sus tres hijos que siempre estuvieron pendientes de su adorado padre.
     Una de sus amigas, le inició en el  mundillo del  Baile de Salón, conociendo a gente de todo tipo, ocupando muchas horas de su tiempo y convirtiéndose para Edgar en parte de su vida, llegando a ser un alumno excelente y transformándose en un gran danzarín.
     La relación de los hermanos había disminuido con el tiempo, hablaban telefónicamente y se veían  de tarde en tarde, en algún evento  o fallecimiento de algún familiar, aprovechando para contarse sus anécdotas y vivencias.

 Continuará …….

martes, 10 de enero de 2012

EL ENCUENTRO II

   Los dos hermanos avanzaban en sus vidas viéndose muy de tarde en tarde, perdiendo plenamente la conexión y proximidad que siempre los unió.


    Entre tanto, acaecieron hechos lamentables y penosos tanto para Mirta como para su hermano muy similar, los dos superaron un divorcio complejo y difícil.
Acaso tuvo que suceder algo tan terrible para que los hermanos volvieran a tener contacto y familiaridad.


   Las visitas de Edgar a la casa de campo de su hermana eran continuadas y prolongadas, volviendo a recuperar aquella camaradería y consonancia.
En una de esas reuniones, Edgar refirió y detalló a Mirta las penalidades y sufrimientos pasados, insistiendo en su vía crucis.
 ¡¡ Pobre!!  Pero que valiente!!!  Pensaba Mirta meditando y asimilando todo lo que su hermano la detallaba, y sintiendo una gran admiración por El.


    La que había sido su cuñada, desapareció de la vida de su hermano sin dejar rastro, lo que favoreció a que su sobrina pequeña se adentrase en una complicada y grave enfermedad.
No habiendo cumplido aún los cuarenta años Edgar ejercía de madre y padre a la vez, ya que el juez consideró entregarle la guardia y custodia de sus tres niños.


    Mirta recordaba el esfuerzo, sacrificio y empeño tan grande que supuso a Edgar el trasladarse a otra ciudad para ascender en su trabajo, todas las ilusiones y sueños por crear una brillante familia, todo se convirtió en desesperanza, y decepción.
Al fin y al cabo ella no pasó  por tanta dureza y penitencia cuando se divorció, al contrario de su hermano, ya no amaba al que fuera su marido y desde la disolución de su matrimonio, la vida solo la brindaba de elementos beneficiosos y favorables.


    Mirta creía firmemente apoyar, proteger y animar a su querido hermano, continuamente atenta y observando el proceder de Edgar que ya estaba muy encaminado a iniciar relaciones formales.


     Avanzaron los años, para Edgar se empezaron a solucionar todos los obstáculos y dificultades, su hija pequeña se recuperó del todo apareciendo una belleza de mujercita, el padre con sus tres hijos terminaron de acomodarse y ajustarse a la dificultosa situación de una familia rota, haciendo cada miembro de la familia ya su propia vida.


    Mirta volvió a pasar por los altares de un juzgado, para contraer nuevas nupcias…………


CONTINUARÁ.



domingo, 2 de octubre de 2011

LA SEMBLANZA DE ANYA

  

   Su cabello rizado no dejaba de revolotear cuando Anya agitaba su pequeña cabecita contestando a su madre con un no aplastante cuando la ordenaba que guardara sus muñecas.

     Año y medio tenía Anya cuando fué adoptada;era una niña preciosa, rolliza con un rostro sereno y plácido, sus mejillas tenían un semblante sonrosado que a quienes la miraban dejaba cautivados.  
    
       Nació en Akury, un pueblo de  la región Chitinskaya Oblast  en Rusia de no más de cuatrocientos habitantes. 
     
      Cuando Anya se trasladó a España con sus padres adoptivos, Fina  y Justo, fue la única fémina, ya que sus madre Fina, solo había concebido a dos varones. Para ellos, su nueva hermana sería como un juguete. 
    
       Creció en una familia acomodada, sus hermanos mayores la adoraban y la nombraron Anuska, ya que su verdadero nombre Anya en castellano significa Ana.
       
      Justo era subdirector de un banco, un hombre muy respetado y admirado para quienes le conocían, por su carácter sensato, serio y reservado, en cambio  su mujer Fina, la complacía conversar  y parlotear con todo el mundo, con que  la adularan lo más mínimo se enfrascaba en una larga y extensa charla, para ella era algo natural y comprensivo para los demás, ya que solo se dedicaba a las tareas domésticas, a sus tres hijos y a  su marido que especialmente su naturaleza le exigía alimentarse con la actitud de un sibarita.

Continuará

sábado, 1 de octubre de 2011

EL ENCUENTRO I


       Edgar y Mirta no habían convivido juntos mucho tiempo ya que "Bebo", como ella le llamaba, marchó de casa antes que ella para contraer nupcias. A pesar de la diferencia de edad de los dos hermanos siempre se hallaron muy unidos.



       Edgar era un chico muy apuesto y un donjuán que tenía a todas las vecinas embelesadas y encandiladas,siendo consciente de ello,sus ojos verdes resplandecían cuando le dedicaban algún piropo,y se ruborizaba con mucha facilidad.




       Mirta regordita , morena y con unas graciosas
coletas siempre presumía de su agraciado Bebo.
Era muy tímida y apocada,pero al lado se su hermano se sentía la niña más feliz del mundo.

        Para Edgar su hemana era una muñeca, procuraba llevarla con él a todos los lugares y en todas las ocasiones en que sus circunstancias se lo permitían.
        Cuando Edgar emprendió la gran aventura de formar una familia, Mirta se sintió muy sola y recordaba las veces que igualmente Bebo la exasperaba cuando por las noches ejercía de fantasma colandola una mano por la puerta de su habitación creándola un miedo terrible y finalizando llamando  la pequeña a mamá.

 

       Pasó el tiempo, Edgar tuvo tres preciosos descendientes y se trasladó junto con su familia a otra ciudad con la finalidad de prosperar en su trabajo, se sentía el hombre más dichoso y  feliz de la tierra ,vivía realmente encantado y satisfecho.
      
        Mirta se hizo una mujer muy hermosa y elegante, y con dieciocho años, presentó a toda la familia su primer y único novio formal,casándose al cabo del año.


CONTINUARÁ
     
    
 



jueves, 29 de septiembre de 2011

MI ZAPATILLA Y ÉL

   

      Clarita siempre fue una niña caprichosa,soñadora y algo fantasiosa.
Unos doce años tenía cuando su mamá falleció.Vivía sola con su papá ya que sus cinco hermanos eran mucho mayores que ella. Se crió y se formó de un modo estricto y disciplinado, ya que su papá era un militar intransigente e inflexible, muy exagerado con la educación de Clarita.
Cuando enviudó se aferró tanto a su hija menor, que procuraba concederla todos sus antojos.

       Clarita de ello se aprovechaba, pero no todos sus deseos eran sandeces o desaciertos.
Se la iluminaban los ojos cada vez que veía perritos de todas las razas y tamaños.
Pero su papá nunca accedió a darla esa satisfacción, y a Clarita siempre la quedó ese anhelo y suspiro por alcanzar lo que más deseaba.
Para Clara siendo ya una adolescente la convivencia con su padre cada día era más difícil y compleja, se sentía en muchos momentos encarcelada por la rectitud y forma de vivir de su progenitor.
El pobre hombre nunca pudo superar la muerte de su mujer  y tampoco olvidar la vida que tuvo cuando fue joven, rodeado de todos sus hijos y nietos, y se convirtió en un ser amargado y apenado, reteniendo y aprisionando a la hija pequeña por miedo a quedarse solo.


       Dos años tenía la hija de Clara cuando el consagrado militar decidió caminar al otro lado de la vida junto con su venerada y amada esposa.
 Se fue poco a poco en los brazos de  su hija menor, mirándola y sabiendo que sería la última vez que la contemplaba.
 Clara le oprimió y estrujó sintiendo que su padre la había perdonado por esos años de su niñez y adolescencia que nunca supo entender.


        Pasaba la vida, todo era corriente. Un día Clara despertó con aquel anhelo tan deseado de niña olvidado ya, y pensó que era el momento para llevarlo a cabo.
Se vistió, llamó a su marido y le dijo !! me voy a por mi  perro!!


       Y ahí estaba  Él..........en una urna acristalada, fue un amor a primera vista, sus ojos...aquellos ojos.....

   Clara y su familia le nominaron Miky, tenía el pelo largo,tan     
negro como sus ojos, ya no era un simple perrito,era el niño de la casa,el amo,el patrón.

      Así fueron pasando los años, y Miky se convirtió en el mejor camarada y aliado de Clara.
Su sueño de niña se había convertido en realidad. Eran inseparables, si lloraba, él la besaba en los ojos,si enfermaba, no se separaba de sus pies. Clara le hablaba y le contaba todo lo sucedido en el día, él siempre la miraba y la seguía.

    Cuando Clara no se encontraba en casa, su pequeño camarada cogía entre sus dientecillos una de sus zapatillas para andar por casa, descargaba todo su pequeño cuerpo encima de ella y no se desprendía de su ya  zapatilla hasta que su ama no regresara.

    Pasaban los años,  por la vida de Clara acontecieron varios baches y badenes, pero su fiel y devoto amigo Miky nunca la dejó caer en la cuneta.

    Caminaron y deambularon juntos catorce años, envejecieron unidos, pegados el uno al otro.
Miky ya no era aquella bolita negra,su pelo sedoso se convirtió en gris al igual que el de su ama, tampoco gozaba de aquel puro nervio, sus patitas avanzaban muy despacito.

       Una noche cuando Clara volvió a casa, sintió que algo ocurría con su fiel compañero, por primera vez Miky no fue corriendo a recibirla, allí estaba tumbado encima de su zapatilla.
Clara decidió transladarle a una clínica de urgencias, en ese recorrido le envolvió en una mantita abrazándole y diciéndole  !! te vas a recuperar,seguro que es una tontería!!!
Llegaron a la clínica y lo que menos imaginaba Clara es que  tenía que dejarle  hospitalizado ,cuando el veterinario la detallaba la gravedad de su perrito, era incapaz de retener las palabras de aquel señor, en su mente solo escuchaba.....!! hay que dejarle hospitalizado!! su cuerpo y su voz temblaban a la vez que sollozaba preguntando si podía quedarse a pasar la noche con él, la respuesta fue un No rotundo y tajante.

    Clara se sintió morir,la primera vez que se separaba de su niño debía dejarle toda la noche solo sin su zapatilla, !! como iba a pasar toda una noche sin su zapatilla!!.
Clara no pudo conciliar el sueño en toda la noche, el veterinario no la aseguró que Miky saliese adelante, era grave su enfermedad.

      A primera hora de la mañana lo primero que hizo Clara fue llamar a aquel señor tan serio y tajante, la dijeron que el estado del enfermo era grave, así que cogió su zapatilla y salió corriendo para la clínica.

      En el recorrido hacia aquel hospital para animales, Clara recibió una llamada a su móvil, su intuición la anunciaba que sería la peor noticia de su vida. Y así fue.
No llegó a tiempo con su zapatilla, cuando le vio dormido, sin vida, su cuerpo todavía caliente se sintió derrumbarse  y se dijo que jamás se perdonaría el no haber llegado a tiempo para llevarle su ansiada zapatilla

       Clara incineró a su más fiel amigo llevándose sus cenizas con ella, y preguntándose una y otra vez  el por qué el dolor era mucho más fuerte que cuando murió su querido padre....


     Durante tres meses, Clara no dejó de culparse por no llegar a tiempo, tuvo miedo cada vez que tenía que entrar a su casa y notar ese vacío y ausencia tan grande que le dejó Miky, en su pensamiento escuchaba todos los días sus pasitos cansados ya.....supo que jamàs podría olvidarle.


      Epi ha aparecido en la vida de Clara,un perrito completamente diferente a Miky, blanco, tranquilo, la ha devuelto parte de alegría, pero se ha prometido a si misma, que donde acuda Epi...... irá también su zapatilla.

Escrito en la madrugada 30/Septiembre/2011

Miluz de día